martes, 27 de marzo de 2007

Estoy tan acostumbrado a los tangas que las bragas me molestan

El mundo cambia. Es un hecho. Y con él las tendencias.
Hoy no es ninguna novedad lo que hace muy poco era increible, poder observar la ropa interior de desconocidas en cualquier lugar público. La moda del talle bajo ha posibilitado ésto además de descubrir, en pleno siglo 21, una parte de la anatomía femenina increiblemente excitante y que hasta ahora permanecía en el más absoluto anonimato.
Sí amigos, los dos hoyitos. Dios cómo nos ponen.
Pues bien, hoy estaba en estas circunstancias cuando algo me ha llamado poderosamente la atención. Mi sentido ojochurricerca, lo que otros llamáis el radar, el reojillo, o como queráis, y que es como una especie de sentido arácnido de Spyderman pero experto en localizar el más mínimo indicio de melenita mona, carne al aire, falda corta, tirilla de sostén, y que inevitablemente te obliga, porque te obliga, a mirar a la poseedora, se ha activado de repente y, claro, he mirado. Porque te obliga.
Y qué he visto?..... Carne. Efectivamente. Y joven. La bajaespalda al aire de una chica sentada de espaldas a mi. Una vez más no me había defraudado.
Una chica joven.
Pero mi sentido ojochurricerca se echó a dormir de golpe, mejor dicho, lo tumbaron de un súbito uppercut. Y un escalofrío que recorrió juguetón mi nuca acompañó aquel desmayo.
La chica era joven. Lo cual, perdón, pero me lo hace más extraordinario porque allí, luciéndose, mostrándose tal y como es, natural y despreocupada, libre como nunca lo fue (quizás por algo, eso lo dejo a tu opinión) aparecía ella, una braga enorme, de color indefinido (al menos por su parte superior), pero arrebuñada en lo más alto debido quizá a una goma que perdió la confianza en sí misma o que sucumbió a la vergüenza de ser vista, que no entendió de nuevas modas o, simplemente, que no pudo con la responsabilidad.
Una fashion victim en su expresión literal.
Un daño colateral de la tendencia del talle bajo.
Un ser confeccionado en un material que, comparándolo con la evolución humana, se situaría en los albores del homo erectus si el hombre actual fuera la licra.
Pero no era su culpa.

Superado mi asombro varias reflexiones acudieron a mi mente:

- Tiene que seguir sufriendo la vergüenza pública esa braga, algo para lo que no fue concebida?
- Nos merecemos esta visión los demás?
- Y sobretodo, en qué mundo tan rápido en cuanto a sucesión de acontecimientos vivimos que nos acostumbramos a grandes cambios en tan poco tiempo? Y es esta mi reflexión principal pues, como titulé, ya me he acostumbrado tanto a los tangas que las bragas...me molestan!!

Por cierto, el tanga es casi cosa del pasado, llega el culotte.

2 comentarios:

El Klabra dijo...

Grande sos Nandee!!! De lo mejor que he leído nunca. Lo firmaría ahora mismo!!! Sorpresa te da la vida, y resulta que mi blodel es un cínico y fino francotirador de terrazas. Nos viene en la genética, supongo. Por cierto, en el juego de los 50 "si fuera..." en mi blog tienes el nombre "tésnico" de los dos hoyitos...

Persephone dijo...

Me gustaría poder hacer una defensa a ultranza de algo tan nuestro como la braga-faja de cuello alto, prenda que ha sido defenestrada en el presente artículo, pero...no puedo!!! Qué coño hace una chica joven con semejante rebursivo?? No es malo ser una "fashion victim", lo terrible es ser "victim" por no poder ser "fashion"...ahora bien, Nandee, o tu te vas comprando unos pantalones de cintura rodillera y nos enseñas esos CK ajustados a tus caderas o dedícate a otear diferentes horizontes, que para continuar con los refranes, se ha de predicar con el ejemplo, y recuerda que una mujer nunca es fea por donde mea, así tenga el meadero bajo...o alto!!

Muak!