jueves, 29 de marzo de 2007

Ahí va eso......

Me considero un poco reticente a todo el mundo, universo casi, de las nuevas tecnologías. No es que las considere negativas por defecto, no peco de lo que mucho enganchado hace pero en sentido inverso, es decir, no considero que lo nuevo, o lo relacionado con el progreso tecnológico, sea malo. Bien es cierto que prefiero apuntar las cosas a lápiz y papel, pero entiendo que resultan un gran avance y nos ayudan en muchas ocasiones a vivir un poco mejor.
Pero ojo, considero positivo un avance cuando el sentido es hacernos vivir mejor, no cuando nos ayudan a ser más vagos.
El ser humano tiende a la vagancia. Es así. Desde el mismo día que nacemos nos echamos una peshá a llorá cuando nos sacan de repente de ese sitio tan cómodo y calentito en el que no pegábamos ni golpe.
El día a día no es más que ir superando, en la medida de las ganas, la necesidad de no hacer nada o de hacer unicamente lo que te da gustito. O de que te lo den.
De ahí vienen las crisis de adolescente ("el mundo no me entiende". No. Qué coño. lo que pasa es que empiezas a tener algo que antes no tenías. Responsabilidad), o la de los 30 (basada en la apreciación de que ya no podrás hacer lo de antes, e.d., pasarlo bien) o el complejo de Peter Pan, etc. Y así muchos de los problemas psicológicos que tenemos.
Y en este sentido, un grave problema de vagancia que nos sacude cada vez más es el de la impersonalidad. Es un mal derivado de esta aplicación desmedida de las nuevas tecnologías pero también en cierto sentido una causa y es que, como considero que es un curro presentarme a una chica, chateo. Como es curro ir a ver a un amigo,le escribo un email y si eso, y ya me cuesta, le hago una videoconferencia. O me compro los yogures por Internet y que me los traigan. Y así mil ejemplos.

Pero en fin, toda esta vuelta de tornillo viene al tema concreto de la impersonalidad como crítica al abuso del avance tecnológico. Me parece un tema muy grave. Y es que hoy he pensado comiendo con un amigo (hola Adri):

Si yo voy por la calle gritando lo que pienso, sin dirigirme a nadie concreto, pero siendo consciente de que puede haber un auditorio (todo el que pase por allí) lo más normal es que me taches de loco.
O si le voy enseñando mi cartera con la foto de mi madre al que pase por allí.
Pero si yo, como cada vez hace más la gente y yo me he apuntado, lo escribo y lo lanzo por la red. Lo que pienso, sin saber quién lo leerá. O si alguien lo leerá. O para que lo lea el quiera. O, simplemente para contarlo.
O cuelgo mis fotos con el mismo objetivo.....Soy un tío integrado en el más actual mundo moderno y guay?

Mi opinión es que ya somos vagos hasta para ser locos. Vaguería para dar la cara.
Qué valiente ese pirao que grita en la calle.
Y nos ayudamos de la protección del anonimato (mi cueva, mi ordenador)
Como hacía un asaltante para robarte en una callejuela tapándose el rostro con su capa.
Y esto, pese a creernos muy modernos, ya esta inventado.

Gracias tecnología por facilitarme ser loco. Lástima que hagas que nadie me vea.

Por cierto otro día os hablo relativo a ésto de la vagancia. Una teoría. Y que yo llamo HACERLO BIEN, ES UN CURRO TÍO.

1 comentario:

El Klabra dijo...

De nuevo grande!!! Qué bien traído lo de la locura y las nuevas tecnologías. En el fondo todos tenemos ganas de contar y desahogarnos, pero antes estabas pirado si lo hacías y ahora eres guay, tío, qué moderno eres, con tu blog y tu cámara en el móvil. Reflexionen si leen esto sobre lo que Nandee nos cuenta!!!