jueves, 29 de marzo de 2007

Ayúdame y te ayudaré

Hola amiguitos. Se me ha ocurrido el inicio de una novela que, como yo no desarrollaré, pues he pensado que quizás os apetezca escribir una continuación. Un pedacito uno, y el siguiente otro, y así. Ahí va:

El viento sopla. Cambió el tiempo. Hoy es..... no sé qué día es. No se el día que vivo. Es enero y sobre el veintitantos. El viento sopla y hace temblar la persiana del salón. No es lo único que tiembla hoy, piensa.
Tiembla mi pierna. Se me habrá dormido.
Tiemblan los cimientos también.
Los míos.
Tiembla todo. Lo noto. Tiembla mi pistola. Qué bonita palabra. Pistola. Mi madre la decía. "Anda dame una pistola" y aquella panadera que me miraba disimulada mientras le daba una hermosa barra de pan.
Qué bonita palabra. Pistola....
Hoy pistola es otra cosa. Bonita también. Brillante.
"No me la des muy hecha", o "que este cocidita", decían las mujeres que acudían a comprar. Sólo mujeres. Un hombre no se atreve a pedir una pistola. Jugábamos a vaqueros de pequeños y una pistola es... una pistola coño.
Y tampoco diría "cocidita"....

No hay comentarios: